Cinco años con Agustín

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Fue un día de mediados de marzo de 2014 cuando descubrí a este macho de cárabo tomando el sol a la puerta de su refugio en un viejo álamo del bosque zamorano de Valorio. Desde ese momento se convirtió en un verdadero icono para los observadores de aves locales que lo bautizaron con el nombre de “Agustín”, en recuerdo del poeta, gramático y pensador zamorano García Calvo, el cual dedicó no pocos versos a nuestro pequeño bosque. Los retratos de Agustín, reproducidos en folletos y puntos de información, constituyen ahora el emblema indiscutible de Valorio y su fauna salvaje.
Pero él, ajeno a esta fama sobrevenida y a la humana obsesión por las imágenes, continúa dedicándose a sus cosas de cárabo: ulular, cazar roedores y pájaros (entre otros) y criar dos o tres alucones cada temporada. Ahí sigue.