
En las noches calurosas del verano podemos observar centenares de estos simpáticos e interesantes reptiles trepadores, capturando insectos en el entorno de los faroles, por todos los barrios de la ciudad de Zamora. Aunque de hábitos preferentemente nocturnos, no resulta raro tampoco observarlas en pleno día.

Escasas, o incluso inexistentes, en otras ciudades de Castilla y León, su abundancia en Zamora se debe a que nuestra ciudad disfruta de un clima algo más cálido y también a la gran proximidad de los cañones del Duero, donde existen poblaciones de salamanquesas comunes (Tarentola mauritanica) en hábitat naturales.

Su distribución provincial coincide con las sectores más térmicos de nuestro territorio, particularmente con las localidades que disfrutan de temperaturas más elevadas en el período estival. Llega a superar los 900 metros de altitud en Santa Cruz de los Cuérragos, en la sierra de la Culebra.

También le favorece la presencia de sustrato rocoso, paredes de piedra y canteras. Muchas de sus poblaciones, por otro lado, se ubican en poblamientos humanos, destacando la propia capital que disfruta de un nutrido plantel de estos gecónidos.

La denominación popular más común en Zamora es la de saltarrostros o santorrostro aunque muchas personas, por desconocimiento, las llaman equivocadamente “lagartijas”. Su presencia en nuestras calles y viviendas es un verdadero privilegio que debemos conservar, protegiéndolas y respetándolas.
