
Menos conocido que su muy cercano pariente, el gorrión común (Passer domesticus), el gorrión moruno (Passer hispaniolensis) es, para mi gusto, la especie más bonita de su género. Reconozco que me resulta difícil la elección pues siento una especial simpatía y predilección por todos sus integrantes, especialmente por el cada vez más escaso gorrión molinero (Passer montanus) pero hay que reconocer que el macho del moruno es un ave realmente espectacular y que sus bulliciosas y a menudo nutridas colonias, compuestas de numerosos, voluminosos y muy elaborados nidos, constituyen un espectáculo natural de los que no se pasan por alto.


De querencias marcadamente campestres, en la península ibérica evita los núcleos urbanos, ocupados por el gorrión común, criando en las dehesas y en áreas cultivadas con arbolado disperso, especialmente sotos. Instala sus nidos en árboles y arbustos y con frecuencia en el interior de grandes nidos de cigüeñas, garzas y rapaces.


Su área de distribución geográfica es mucho más restringida que la de sus dos primos, limitándose a partes de las penínsulas ibérica y balcánica en Europa, el norte de África y Asia suroccidental y central. En España, además de en las islas Canarias, lo encontramos principalmente en las regiones del suroeste y centro-oeste, con máxima abundancia en Extremadura.

En Castilla y León era una especie escasa y localizada hasta hace unos 30 años, habiéndose expandido desde entonces, especialmente por su cuadrante suroccidental. Dentro de este proceso expansivo general de la especie, el gorrión moruno llegó a tierras zamoranas en la década de 1990 y en la actualidad se ha establecido de forma generalizada, y a menudo abundante, en las comarcas de Sayago, Tierra de Alba y la parte occidental de Tierra del Pan, apareciendo de modo más puntual y escaso en Tierra del Vino, La Guareña, Toro, Tábara y Campos.

Fuera de la época de cría se dispersan por las campiñas cercanas a sus colonias de cría, formando grandes bandos. Durante el otoño y el invierno, estos grupos pueden ser observados alimentándose en áreas de cultivos de regadío y estepas cerealistas.

Su denominación científica específica (hispaniolensis), al igual que sus nombres en francés (moineau espagnol) o inglés (spanish sparrow) resaltan su distribución principalmente ibérica en el ámbito de Europa occidental.

Curiosamente, el de la lista patrón en español se fija, en cambio, en su tradicional abundancia en la región magrebí aunque quizás también se podría explicar por la gran extensión e intensidad del color negro en los machos. No hay que olvidar que, en la cromatología popular, términos como moro, morisco o moruno se usan a menudo para especies o ejemplares que destacan por sus tonos negruzcos o más oscuros.

En Zamora, al ser especie de llegada muy reciente, no sería esperable, en principio, la recogida de ningún vernáculo asignable. Sin embargo, probablemente por lo contrastado de su plumaje y lo llamativo de sus bandadas y colonias de cría, resulta hoy día bien conocido en muchas localidades y sabemos que en algunos lugares de Tierra del Pan ya ha sido bautizado como pardal bravío.
