Lavanderas y pajaritas de las nieves: un paseo por la ornitología popular

Uno de los pájaros más conocidos en las culturas tradicionales de la península ibérica -y del ámbito europeo general- era la lavandera blanca (Motacilla alba). Atributo de Afrodita en la mitología griega, está presente en numerosas narraciones y creencias populares y en muchas de ellas se la relaciona con hechizos, encantamientos y pociones amorosas. También aparece con frecuencia como protectora y custodia del ganado, función que se refleja en nombres vernáculos como el catalán pastoreta o el francés bergeronette.

No cabe duda de que detrás de los nombres vernáculos de las aves se esconden aspectos de gran interés para materias como la lingüística o la antropología. Pero, además, podemos rastrear en ellos un conjunto de conocimientos sobre la propia biología de la especie, acumulados en siglos de observación y que constituyen una suerte de “ornitología popular”. Sin ir más lejos, sólo analizando las denominaciones tradicionales de la lavandera blanca en un pequeño territorio como la provincia de Zamora, podemos descubrir interesantes referencias a sus preferencias de hábitat, a su dieta, su fenología o incluso su metabolismo.

Una de las denominaciones populares más utilizadas para esta especie en Zamora es, precisamente, la de lavandera, que se refiere a la costumbre de estas aves por frecuentar las riberas de ríos y arroyos, igual que las mujeres que se dedicaban a lavar la ropa. Esta querencia resulta especialmente marcada en la población nativa reproductora, muy ligada a cursos y masas de agua. Por este motivo, en nuestra provincia su densidad resulta más abundante cuanto más al norte y, sobre todo, cuanto más al oeste, en consonancia con el aumento de las precipitaciones. Es precisamente en las comarcas al occidente del río Esla donde la denominación de lavandera y sus variantes aparecen como predominantes.

Entre las variantes destacan las propias de la lengua asturleonesa: llavandeira, llavandera, llavandreira, llabrandeira, recogidas en diversas localidades de las comarcas de Aliste, La Carbayeda y, sobre todo, de Sanabria, donde encontramos además la denominación específica llavandeira blanca. En las partes más occidentales de Sanabria encontramos además las formas específicamente gallego-portuguesas como lavandeira y labrandeira, esta última originada por un cruce con labradora, referido a su costumbre de seguir al arado para alimentarse de los pequeños animales que va dejando al descubierto. La distribución de lavandera alcanza por el sur algunas localidades de Sayago y por el este hasta Tierra del Pan.

Resulta interesante señalar que hasta mediados del siglo XX lavandera se consideraba un ornitónimo de uso regional en español, propio sobre todo del noroeste de España. La denominación de mayor uso literario, incluyendo las publicaciones ornitológicas, era aguzanieves. Su sustitución se debió a que lavandera resultaba más apropiado para incluir a todas las especies del mismo género ya que a alguna de ellas, como la lavandera boyera (Motacilla flava), no le casaba bien el nombre de aguzanieves, al no estar presente en nuestras latitudes durante las estaciones frías.

El origen de este vernáculo podría estar en un antiguo auze (ave) de nieves y, en cualquier caso, haría referencia a la mayor presencia de estos pájaros durante los períodos más fríos del año por la llegada masiva de individuos procedentes de territorios más septentrionales del continente o también de áreas de montaña. Variantes de este vernáculo son aguanieves y rozanieves, y denominaciones equivalentes en su significado pajarica de las nieves, pajarita de las nieves o pajarita de nieves. Este grupo de nombres de uso tradicional aparecen distribuidos en Zamora principalmente por las comarcas del este y el sur, justamente donde la población reproductora de lavandera blanca resulta menos densa y la gran arribada de invernantes contrasta en mayor medida.

Hay otros nombres que reflejan, igualmente, aspectos llamativos de la fenología de esta especie. Uno de ellos es sanantona, utilizado en algunas localidades sayaguesas y que hace referencia a la festividad de San Antón (San Antonio Abad) que se celebra el 17 de enero. Es precisamente en torno a estas fechas cuando el frío invernal se intensifica y con él se generaliza la abundancia de nuestra protagonista en riberas, campos, pueblos y ciudades. También en Sayago y en las vecinas comarcas de Tierra del Pan y Tierra del Vino se la llama a veces avefría.

Por otro lado, tenemos un vernáculo de origen onomatopéyico, que refleja el reclamo o voz más frecuentemente emitida por esta especie. Se trata de chiribita, chibirita o churubita, que aparece extendido aquí y allá por muchas de nuestras comarcas y que es, quizás, el nombre más arraigado en la propia ciudad de Zamora. En la comarca de Tierra del Pan hemos recogido el específico chibirita blanca.

Finalmente, otros vernáculos que hemos anotado dan cuenta de su carácter inquieto y movilidad incesante: volanderay revolinguina; de su consideración como ave sagrada y benéfica (posiblemente por su alimentación insectívora): pájara de Dios; y de su costumbre de aproximarse a los animales domésticos en busca de los insectos que pululan en su entorno: purquirina(diminutivo de porquera).

Un río repleto de vida

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)

El pasado día 8 de noviembre volvimos a recorrer las orillas de nuestro particular río de la vida, el corazón salvaje de Zamora, en el transcurso de la ruta n.º 47 del programa “Zamora Aves y Naturaleza” y con la agradable compañía de 17 nuevos naturalistas en ciernes.

Fotografía de Rosa María Seijas

Comenzamos la andadura en la playa de Los Pelambres, donde nos aguardaba un simpático grupo de una de las más hermosas aves de nuestro humedal: el somormujo lavanco.

Somormujos lavancos (Podiceps cristatus)

Después pasamos un agradable rato escudriñando la zuda de las aceñas de Olivares, rebosante de una gran variedad de aves: cormoranes grandes, garzas reales, garcetas comunes, gallinetas comunes, andarríos chicos, gaviotas reidoras y sombrías, lavanderas blancas y cascadeñas…Nos sorprendió la presencia en estas fechas de un grupo migrador de golondrinas comunes rezagadas que cazaban sobre el agua en compañía de un buen número de sus más sedentarios parientes los aviones roqueros.

Gaviotas sombrías (Larus fuscus) y gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus)
Fotografía de Rosa María Seijas
Lavandera blanca (Motacilla alba)

A continuación, siguiendo la margen izquierda del Duero, nos desplazamos hasta el barrio de Pinilla, donde nos esperaba una de las sorpresas de una más que entretenida tarde de pajareo: un magnífico ejemplar adulto de halcón peregrino nos obsequió con una soberbia pasada sobre nuestras cabezas y después se posó sobre lo más alto de un chopo puntiseco, en una de las islas del río donde pudimos contemplarlo a placer con nuestros telescopios.

Halcón peregrino (Falco peregrinus)

La bella rapaz no dejó de vigilarnos en ningún momento desde su atalaya vegetal mientras aguardábamos el ritual diario de las gregarias garcillas bueyeras entrando a su nutrido dormidero comunal.

Fotografía de Rosa María Seijas
Garcillas bueyeras (Bubulcus ibis)

Mientras nos deleitábamos con este impagable espectáculo, hicieron su aparición estelar varios ejemplares de sus más elegantes parientes: la garceta común y la garceta grande.

Garcetas comunes (Egretta garzetta) y comoranes grandes (Phalacrocorax carbo)

La noche cayó, al fin, con su manto sombrío y helado, señalando el momento de emprender el regreso, muy a nuestro pesar.

Aquí tenéis la lista completa de las especies detectadas: ánade azulón, somormujo lavanco, cigüeña blanca, garcilla bueyera, garceta común, garceta grande, garza real, cormorán grande, gallineta común, andarríos chico, gaviota reidora, gaviota sombría, paloma torcaz, paloma cimarrona, tórtola turca, martín pescador, halcón peregrino, urraca común, grajilla occidental, herrerillo común, carbonero común, golondrina común, avión roquero, mosquitero común, cetia ruiseñor (ruiseñor bastardo), estornino negro, colirrojo tizón, gorrión común, gorrión molinero, lavandera blanca, lavandera cascadeña y pinzón vulgar.

Fotografía de Rosa María Seijas

Nuestro agradecimiento a todos los participantes y en especial a Rosa María Seijas por enviarnos sus fotografías de esta preciosa tarde.

“Zamora, Aves y Naturaleza” es un programa promovido por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Zamora con la colaboración de Erithacus-Observación de Naturaleza.

Gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus)

Una preciosa tarde de otoño en las riberas del Duero

Fotografía de Marymar Cerviño

Avanza el otoño con sus follajes dorados y su luz del membrillo y “Zamora, Aves y Naturaleza” celebra una nueva edición -la nº 46- de sus rutas de observación de aves. La tarde del pasado sábado, 26 de octubre, un nutrido y entusiasta grupo compuesto por 25 amantes de la naturaleza de todas las edades, disfrutaron del magnífico espectáculo que nos ofrecen las aves acuáticas, en el sugestivo marco natural de las bellas riberas del río Duero a su paso por la ciudad de Zamora.

Fotografía de Gloria Zaragoza

La gran novedad del día estribaba en la presencia de nuestro nuevo guía, Gonzalo Criado, que tuvo su “bautismo de plumas” en nuestro programa de rutas. Su gran experiencia, simpatía y conocimientos garantizan el éxito de su participación en nuestro programa, donde estamos seguros de que se va a sentir como en su propia casa.

Fotografía de Marymar Cerviño

Sin duda, las estrellas del evento fueron las garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) a las que vimos llegar volando desde sus áreas de alimentación en campos, praderas y vertederos del entorno de Zamora para, poco a poco, ir agrupándose en el dormidero comunal que, diariamente, acoge a centenares de individuos de esta bonita y singular ardeida. Además de la considerable masa de bueyeras (unos 400 individuos), pudimos observar algunos ejemplares de su cercana pariente, la elegante garceta común (Egretta garzetta).

Fotografía de Marymar Cerviño

Garzas reales (Ardea cinerea), cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), ánades azulones (Anas platyrhynchos), gallinetas comunes (Gallinula chloropus), andarríos chicos (Actitis hypoleucos), lavanderas blancas (Motacilla alba) y un esquivo martín pescador (Alcedo athis) acechando a sus presas desde la espesa vegetación arbórea de una de nuestras salvajes islas fluviales, completaron el elenco que nos acompañó en este entretenido y didáctico paseo vespertino.

Fotografía de Marymar Cerviño

El próximo paseo será el viernes 8 de noviembre, por la tarde. En breve, haremos públicas las fechas para las siguientes actividades .“Zamora, Aves y Naturaleza” es un programa de la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Zamora, desarrollado con la colaboración de “Erithacus, observación de naturaleza”.

Fotografía de Gloria Zaragoza

(Nuestro agradecimiento a Marymar Cerviño y Gloria Zaragoza por sus estupendas fotos de la actividad.)