Por riberas, cañones, campiñas y lagunas

Riberas e islas del Duero en Zamora. Foto Zamora BioDiversa.

La ciudad de Zamora reúne una cantidad notable de atractivos para los aficionados a la observación y fotografía de aves. Sin moverse de su casco urbano, las riberas del Duero muestran unas condiciones excepcionales para practicar estas aficiones. A la más que notable variedad de especies presentes (más de 180) -con excelentes poblaciones de ardeidas (avetorillo, martinete, garza real, garcilla bueyera…) y rapaces forestales (milano negro, milano real invernante, águila calzada…)- se unen las grandes facilidades para el avistamiento cómodo y cercano que ofrecen los prolongados paseos que acompañan el curso del río y el rosario de islas, puentes y presas o zudas que lo jalonan.

El Duero en las inmediaciones del barrio de Carrascal. Foto Zamora BioDiversa.

En su entorno más inmediato, en un radio de no más de 15-20 km, podemos visitar áreas de gran interés para las aves y la fauna en general y con grandes atractivos paisajísticos: el barrio de Carrascal, las dehesas del municipio de Zamora, las riberas de Villaralbo, las lagunas de Coreses, la ZEPA “Llanos del Guareña” (importante para aves esteparias como la avutarda y la ortega) y la ZEPA “Cañones del Duero”, donde dan comienzo realmente las arribes o arribas del Duero y con ellas la presencia de aves de nidificación rupícola como la cigüeña negra, el alimoche y las águilas perdicera y real.

Cernícalo primilla (Falco naumanni) en la reserva natural de Villafáfila. Foto Zamora BioDiversa.

Y con apenas 40-50 km de desplazamiento alcanzamos espacios naturales de fama internacional como la reserva natural “Lagunas de Villafáfila” y el parque natural “Arribes del Duero”. Así que no cabe duda de que Zamora se ha convertido en un destino ideal para los amantes de las aves silvestres.

Arribes del Duero en el municipio de Fariza (Zamora). Foto Zamora BioDiversa.

En las últimas semanas hemos tenido el placer de acompañar a muchas personas que nos han visitado procedentes de lugares muy diversos con un propósito primordial: conocer y disfrutar nuestra fauna y paisajes.

Disfrutando con el sisón. Foto Zamora BioDiversa.

Charo y Marta, dos amigas entusiastas de las aves, vinieron desde Cantabria y Vizcaya en busca de nuestras afamadas rapaces y esteparias. Con ellas -y con Gonzalo Criado de Erithacus-Observación de Naturaleza- recorrimos espacios tan dispares como las lagunas y estepas de Tierra de Campos, las campiñas del Valle Valverde, las riberas del Duero y del Esla, el parque natural de Arribes, el barrio zamorano de Carrascal y el bosque de Valorio. Se fueron con más de 110 especies de aves en la lista y una sonrisa en los labios tras ver cumplido su sueño de ver al cada vez más escaso y amenazado sisón.

Aguila real (Aquila chrysaetos) en el barrio de Carrascal. Foto: Charo Mendoza.
Sisón (Tetrax tetrax) en el Valle Valverde (Zamora). Foto Zamora BioDiversa.
Por los cañones del Duero y el Esla. Foto Saliegos Birding.

Suzi y Yago son una pareja de amantes de las aves que viven en Viena y que nos visitaron hace unas semanas para conocer “Zamora, la Ciudad de las Aves” y su magnífico entorno natural. Junto con nuestros colegas de Saliegos Birding los acompañamos por la Zona de Especial Protección para las Aves «Cañones del Duero» y las dehesas y riberas del municipio de Zamora.

Buitre negro (Aegypius monachus) en Villaseco del Pan. Foto Yago Avanzini.

En una sola jornada pudimos observar más de 80 especies diferentes, incluyendo ni más ni menos que 19 especies de rapaces, el grupo de aves preferido por nuestros visitantes y del cual la comarca de Zamora constituye un área de enorme variedad.  Elanio común, buitre negro, alimoche, águila real y águila perdicera fueron algunas de las especies que pudimos captar con nuestras retinas y objetivos. Una excursión inolvidable.

Elanio común (Elanus caeruelus) en Tierra del Pan. Foto Zamora BioDiversa.
Espiando a los elanios. Foto Zamora BioDiversa.

Rebeca, Juan y Carlos, tres grandes aficionados a las  aves y la fotografía, residentes en Miranda de Ebro y Vitoria, vinieron a Zamora para disfrutar de su fauna y paisajes. Tuvimos el placer de acompañarles durante dos mañanas para ver y fotografiar con ellos las aves de las riberas del Duero a su paso por Zamora capital y las de la ZEPA «Cañones del Duero», a apenas una veintena de kilómetros de esta ciudad.

Pájaros moscones (Remiz pendulinus) en Zamora. Foto Cózar Natura.
Martinete común (Nycticorax nycticorax) en Zamora. Foto Cózar Natura.

En las riberas del Duero tuvimos excelentes observaciones de martinetes, garcillas bueyeras, garzas reales, águilas calzadas, milanos negros, pájaros moscones ¡e incluso sendas parejas de charrán común y de charrancito!. En los cañones, la lista también fue muy considerable e interesante, incluyendo entre otras aves: cigüeña negra, elanio común, alimoche, buitre negro, águila culebrera, águila perdicera, aguilucho cenizo, milano real, críalo, alcaudón real, alcaudón común y gorrión moruno. También disfrutamos un montón con los magníficos lagartos ocelados que se soleaban en los caminos.

Críalo europeo (Clamator glandarius) en Zamora. Foto Zamora BioDiversa.
Lagarto ocelado (Timon lepidus) en Villaseco del Pan. Foto Zamora BioDiversa.

Muchas gracias a todos por vuestras visitas, simpatía y amabilidad. Os esperamos para seguir explorando juntos Zamora. Ya sabéis que quedan muchos de sus secretos por descubrir.

Avutardas, grullas y mucho más en Villafáfila

Ánsares comunes y ánades azulones en la R. N. «Lagunas de Villafáfila». Foto de Marymar Cerviño.

El pasado domingo, 17 de noviembre, “Zamora, Aves y Naturaleza” se desplazó a uno de los espacios naturales más importantes de Castilla y León: la Reserva Natural “Lagunas de Villafáfila”. La reserva incluye un complejo lacustre de aguas salobres declarado “Sitio Ramsar”, lo que quiere decir que se le reconoce importancia internacional y una extensa área de campiñas cultivadas que alberga una importantísima comunidad de aves esteparias, entre las que destaca la amenazada avutarda euroasiática, verdadero gigante de la avifauna europea, que disfruta aquí de su densidad poblacional más elevada a nivel mundial.

Avutardas en la R. N. «Lagunas de Villafáfila». Foto de Marymar Cerviño.

A pesar del tiempo algo desapacible, propio de estas fechas y de que a causa de la prolongada sequía las lagunas no se hallan en su mejor momento, los 17 participantes de la excursión y los guías pudimos disfrutar de magníficas observaciones, tanto de aves acuáticas como de esteparias. Los participantes procedían de Zamora capital y de las vecinas ciudades de Salamanca y Benavente.

En la Casa del Parque. Foto de Gonzalo Criado.

Por la mañana, en cuanto pasó el frente lluvioso, nos dirigimos a la campiña donde pudimos contemplar a placer varios grupos de avutardas diseminados por los campos de alfalfa y cereal. Mientras escudriñábamos el terreno y nos sobrevolaban los bandos de alondras comunes, pudimos localizar un búho campestre posado en un barbecho. A continuación visitamos las instalaciones de la Casa del Parque y las lagunas artificiales del recinto, donde anotamos algunas acuáticas como el zampullín común, la focha común y un par de cigüeñuelas.

Grullas en la R. N. «Lagunas de Villafáfila». Foto de Marymar Cerviño.

Desde allí nos dirigimos a las praderas próximas a la Laguna Grande donde suelen descansar las grullas. Por el camino tuvimos dos encuentros realmente afortunados: un precioso búho campestre que pasó volando muy cerca de nosotros y dos sisones de la reducida población invernante de esta amenazadísima y cada vez más escasa ave esteparia. Tras pasar un rato la mar de agradable con la visión de varios centenares de elegantes y vocingleras grullas, vino la reparadora comida en un afamado restaurante local.

Pareja de sisones que observamos en el transcurso de la excursión.

Finalmente, dedicamos las últimas horas de luz a la observación de anátidas, limícolas y rapaces a orillas de la Laguna Grande. Entre otras muchas especies, destacar los magníficos tarros blancos, tan característicos de este humedal, dos avocetas, un par de zarapitos reales y un precioso macho de aguilucho pálido.

Junto a Laguna Grande. Foto de Gloria Zaragoza.

La lista completa, muy nutrida -58 especies en total- nos da idea de lo entretenida que estuvo la jornada y de la extraordinaria diversidad que alberga la reserva zamorana: ánsar común, tarro blanco, silbón europeo, ánade friso, cerceta común, ánade azulón, cuchara común, perdiz roja, zampullín común, garza real, cormorán grande, aguilucho pálido, aguilucho lagunero, milano real, busardo ratonero, avutarda euroasiática, sisón común, focha común, grulla común, cigüeñuela común, avoceta común, avefría europea, chorlito dorado europeo, zarapito real, combatiente, correlimos común, agachadiza común, gaviota reidora, paloma bravía (cimarrona), tórtola turca, mochuelo europeo, búho campestre, cernícalo vulgar, esmerejón, halcón peregrino, alcaudón real, urraca común, grajilla occidental, corneja negra, cuervo grande, alondra común, cogujada común, cetia ruiseñor, mosquitero común, cistícola buitrón, estornino pinto, estornino negro, mirlo común, petirrojo europeo, colirrojo tizón, tarabilla europea, gorrión común, lavandera blanca, bisbita pratense, pinzón vulgar, pardillo común, jilguero europeo y escribano triguero.

Cucharas comunes y cercetas en la Laguna Grande. Foto de Marymar Cerviño.

Muchas gracias a Marymar Cerviño, Gonzalo Criado y Gloria Zaragoza por sus fotografías de esta jornada inolvidable.

“Zamora, Aves y Naturaleza” es un programa promovido por el Ayuntamiento de Zamora con la colaboración de “Erithacus-Observación de la Naturaleza”.

Búho campestre

Los que ya no están y los recién llegados (o regresados)

otis tarda
Avutarda común (Otis tarda)

La fauna del municipio de Zamora experimentó importantes cambios en cuanto a su composición a lo largo de los últimos 50 años. Por una parte, durante el último tercio del s. XX y lo que lleva transcurrido del XXI, varias especies de vertebrados desaparecieron del término de la ciudad, a menudo en el marco de procesos generalizados de rarefacción de dichas especies, ocasionados por la destrucción o grave modificación de su hábitat, competencia con especies alóctonas introducidas, caza excesiva o venenos, entre otros factores.

Entre estas especies que hoy consideramos ya desaparecidas de nuestro término municipal, se cuentan mamíferos carnívoros como el Lince ibérico (Lynx pardina) y, muy probablemente, el Gato montés (Felis sylvestris). Del lince, concretamente, las últimas citas en las dehesas ubicadas al oeste de la ciudad son de la década de 1970.

Otro grupo de especies que ha sufrido una verdadera sangría en el municipio de Zamora es el de las aves esteparias: la Avutarda (Otis tarda) y la Ganga (Pterocles alchata) desaparecieron entre las décadas de 1980 y 1990, mientras que el Sisón (Tetrax tetrax) y la Ortega (Pterocles orientalis) aguantaron con mínimos efectivos hasta hace muy pocos años. En estos casos, la urbanización de una parte muy importante de su hábitat (en el actual polígono industrial de “Los Llanos”) y la grave modificación por intensificación agrícola del resto, fueron los factores principales que condujeron a este lamentable destino.

También entre los habitantes del medio acuático hemos padecido destacadas pérdidas: peces autóctonos como la Boga del Duero (Pseudochondrostoma duriense) o la Anguila europea (Anguilla anguilla) así como el cangrejo de patas blancas (Austropotamobius pallipes) desaparecidos a causa de la introducción de especies exóticas, competidoras o depredadoras y el caso de la Anguila, por la construcción de grandes presas en el Duero, impidiendo su ascenso desde el Atlántico.

ciervo
Ciervo (Cervus elaphus)

Como contrapunto, en este mismo período se constató la colonización -o recolonización- del municipio por unas cuantas especies de vertebrados autóctonos que llegaron aquí por sus propios medios. Entre ellos podemos encontrar grandes mamíferos como el Jabalí (Sus scrofa), el Corzo (Capreolus capreolus) y el Ciervo (Cervus elaphus) que fueron apareciendo en las últimas décadas del siglo XX, tras largo tiempo ausentes del municipio. Un micromamífero, el Topillo campesino (Microtus arvalis), llegó aquí en la década de 1980.

Más nutrida es la nómina de nuevas aves que nos fueron llegando -en  muchos casos posiblemente haya que hablar de “regreso”- en este período: Somormujo lavanco (Podiceps cristatus), Cormorán grande (Phalacrocorax carbo), Garcilla bueyera (Bubulcus ibis), Avetorillo (Ixobrychus minutus), Garza imperial (Ardea purpurea), Elanio (Elanus caeruleus), Tórtola turca (Streptopelia decaocto), Pico menor (Dryobates minor), Golondrina dáurica (Cecropis daurica), Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala) Pájaro moscón (Remiz pendulinus), Rabilargo ibérico (Cyanopica cooki) o Gorrión moruno (Passer hispaniolensis).

avetorillo
Avetorillo (Ixobrychus minutus)

Entre los factores conocidos de la expansión de estas especies de aves -muy variados- se pueden citar la protección de sus poblaciones (Cormorán grande), el calentamiento del clima (Curruca cabecinegra) o las transformaciones del hábitat (Pico menor).

Por último, encontramos una serie de especies alóctonas, que han llegado aquí de la mano del hombre y que, en general, suponen un problema gravísimo para nuestro medio natural, sobre todo por su papel de depredadores o competidores de especies nativas (autóctonas). Este sería el caso del Visón americano (Neovison vison), la Tortuga de Florida (Trachemys scripta), el Cangrejo de río americano (Procamburus clarkii), la Almeja asiática (Corbicula fluminea), la Mariposa del geranio (Cacyreus marshalli) y un gran número de peces introducidos, fundamentalmente, para la práctica de la pesca deportiva: Carpa (Cyprinus carpio), Pez rojo (Carassius auratus), Alburno (Alburnus alburnus), Perca sol (Lepomis gibbosus), Perca americana (Micropterus salmoides), Lucioperca (Sander lucioperca) y Lucio (Esox lucius).

micropterus salmoides las pallas 2014 (copia)
Perca americana (Micropterus salmoides)