El lagarto ocelado en Zamora

Rosinos de la Requejada (Zamora). Junio de 2019.

El mandil de Carolina

tien un llagarto pintado.

Cuando Carolina baila

el llagarto mueve el rabo.

(Canción popular sanabresa)

El lagarto ocelado (Timon lepidus) es el lacértido más grande del continente europeo y, seguramente, uno de los reptiles más espectaculares que podemos encontrar en nuestros campos, matorrales y bosques. Este verdadero gigante llega a superar los 24 cm de longitud entre el hocico y la cloaca y los 70 cm de longitud total (cola incluida) .

Muelas del Pan (Zamora). Abril de 2017.

Se trata de una especie exclusiva del suroeste de Europa: el noroeste de Italia (región de Liguria), el sur de Francia (zona mediterránea y cornisa atlántica) y la mayor parte la Península Ibérica, donde falta en las zonas más húmedas de la regiones cantábricas y en las áreas de alta montaña; tampoco está presente en el sureste ibérico, región ocupada por el lagarto bético (Timon nevadensis).

Hembra con huevos muerta a palos. Zamora capital. Mayo de 2017.

Sus poblaciones se hallan en franca regresión, hasta el punto de que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo incluye en su Lista Roja en la categoría de “Casi Amenazado”. Entre las amenazas que sufren, podemos mencionar la degradación de su hábitat, el uso de plaguicidas y los atropellos en las carreteras. A pesar de tratarse de una especie protegida, algunas personas todavía lo persiguen por puro odio irracional o alegando supuestos “daños” a la caza.

Villaseco del Pan (Zamora). Junio de 2021.

Distribución del lagarto ocelado en el Atlas de los Anfibios y Reptiles de Zamora (AZCN-NaturZamora).

Está presente en toda la provincia de Zamora, salvo en las partes más elevadas de la sierra. Es todavía frecuente en los terrenos forestales y pedregosos que predominan en los dos tercios occidentales de la provincia, incluyendo comarcas como Sanabria, Aliste o Sayago que aún conservan excelentes poblaciones de este magnífico saurio. En cambio, en los territorios intensamente cultivados así como en los entornos urbanos, sus densidades son muy inferiores y en disminución.

Culebra bastarda, uno de los grandes depredadores del ocelado. Arrabalde (Zamora). Junio de 2017.

El lagarto ocelado no sólo es una de nuestras joyas herpetológicas, también es una pieza fundamental en los ecosistemas mediterráneos ibéricos. Por ejemplo, forma parte de la dieta de aves rapaces como la culebrera europea (Circaetus gallicus) y el águila calzada (Hieraetus pennatus) y de ofidios como la culebra bastarda (Malpolon monspessulanus). Una pieza fundamental e insustituible.

Rosinos de la Requejada (Zamora). Junio de 2019.

Comer a dos picos no es una buena idea

Hace unos días, mientras observábamos un nido de cigüeña blanca (Ciconia ciconia) en una de las islas que jalonan el río Duero a su paso por Zamora y que constituyen, por su flora y fauna, magníficas reservas de biodiversidad, mi hermana Charo y yo tuvimos la oportunidad de presenciar un curioso e impactante espectáculo natural.

En el nido se hallaban uno de los adultos acompañando a dos polluelos de corta edad cuando llegó el otro progenitor que volvía de buscar la pitanza. Como es habitual, traía ésta en el interior de su buche y, tras regurgitarla, pudimos comprobar que se trataba de un ejemplar de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) de considerables dimensiones.

“Para ti la cola y para mí la cabeza” debieron decirse entre ellos los dos cigoñinos, pues cada uno comenzó a embutirse el ofidio por un extremo. El resultado esperado no tardó en producirse y lo que empezó como un sustancioso almuerzo, desembocó en apenas un minuto en un callejón sin salida.

Las dos pequeñas cigüeñas tiraban y trataban de retorcer el tronco de la culebra pero sin éxito. Cual rey Salomón, uno de los adultos intentó cortarla con su pico, demostrando tan solo que un arpón no es una espada.

Al final, harta probablemente de los poco refinados modales de sus vástagos, la cigüeña optó por la única solución factible. Tirando de la culebra, la extrajo del buche de uno de los cigoñinos y, a continuación, hizo lo mismo con el otro.

“Si no sabéis comportaros en la mesa, os quedáis en ayunas”. Y dicho y hecho, se zampó el culebrón en un santiamén, dejando a sus frustradas criaturas con dos palmos de narices y a nosotros con la boca abierta.

Valorio: un bosque en la ciudad

El bosque de Valorio, que formó parte del antiguo monte concejil de la ciudad de Zamora y hoy constituye una de sus grandes áreas naturales periurbanas, se encuentra ubicado en un valle fluvial excavado inmediatamente al noroeste del casco urbano. La mayor parte de sus 70 ha de extensión se hallan cubiertas de pinar de pino piñonero (Pinus pinea), con presencia de un notable rodal de ejemplares de porte impresionante que superan los 200 años de edad. En torno al arroyo de Valorio, o de Valderrey, crece un bien conservado bosque de ribera, dominado por álamos (Populus alba) y chopos (Populus nigra), con sotobosque de negrillos (Ulmus minor) y zarzas (Rubus ulmifolius).

 

Además encontramos numerosas especies arbóreas de tipo ornamental, plantaciones de arizónicas (Cupressus glabra) y restos de antiguos cultivos leñosos, entre los que destaca el almendro (Prunus dulcis). También, salpicados aquí y allá, podemos observar algunos retazos del bosque de quercíneas original formado por encinas (Quercus ilex), robles melojos (Quercus pyrenaica) y quejigos (Quercus faginea). En los llanos en altura que rodean el bosque existen pastizales xerófilos y acidófilos, con importante presencia del barceo (Stipa gigantea), alternando con parcelas cultivadas de cereal de secano

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Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)

Valorio cuenta con una  nutrida comunidad ornítica integrada por al menos 150 especies, de las que 72 son reproductoras comprobadas. Destaca por sus poblaciones de aves forestales, con buenas representaciones de rapaces nocturnas (cárabo Strix aluco, búho chico Asio otus, autillo Otus scops y mochuelo Athene noctua) y pícidos (torcecuello Jynx torquilla, pito real ibérico Picus sharpei, pico picapinos Dendrocopos major y pico menor Dryobates minor).  

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Búho chico (Asio otus)

Además cuenta con buenas poblaciones de paseriformes como ruiseñor común (Luscinia megarynchos), mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus), oropéndola (Oriolus oriolus), gorrión molinero (Passer montanus) y escribano soteño (Emberiza cirlus), y es un buen lugar para la observación de diversas rapaces que lo sobrevuelan habitualmente, en especial los milanos real (Milvus milvus) y negro (Milvus migrans), el águila calzada (Aquila pennata) y el buitre leonado (Gyps fulvus).

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Pico picapinos (Dendrocopos major)

En los espacios abiertos de su entorno más inmediato abundan las cogujadas montesina (Galerida theklae) y común (Galerida cristata) y están presentes otras especies características de estos medios como el aguilucho cenizo (Circus pygargus), el alcaudón real (Lanius meridionalis) y la collalba gris (Oenanthe oenanthe).

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Cogujada montesina (Galerida theklae)

Por otro lado, se ha citado en Valorio la presencia de 25 especies de mamíferos, entre ellos el murciélago ratonero grande (Myotis myotis), la rata de agua (Arvicola sapidus), el conejo (Oryctolagus cuniculus), el tejón (Meles meles) y la jineta (Genetta geneta); 10 de reptiles, como la lagartija colilarga (Psammodromus algirus) y las culebras de escalera (Zamenis scalaris) y bastarda (Malpolon monspessulanus); 6 de anfibios, como el sapillo moteado (Pelodytes hespericus) y el sapo partero común (Alytes obstetricans); y otras 6 de peces, entre los que destaca la amenazada bermejuela (Achondrostoma arcasii), un pequeño ciprínido endémico considerado “Vulnerable” a nivel mundial.

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Bermejuela (Achondrostoma arcasii)

Finalmente, hay que destacar la bien conservada comunidad de lepidópteros que albergan nuestro pequeño bosque zamorano y sus alrededores, con más de 50 especies de mariposas diurnas presentes, entre ellas especies como Papilio machaon, Iphiclides feisthamelii, Zerynthia rumina, Zegris eupheme, Brintesia circe, Polygonia c-album, Argynnis pandora y Tomares ballus.

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Zerynthia rumina