Celebrando a los buitres

Buitre negro en el municipio de Zamora. Octubre de 2021.

Hace unos días, concretamente el 2 de septiembre, se celebró el Día Internacional de los Buitres para concienciar sobre el valor y el estado de conservación en todo el mundo de este grupo de aves rapaces de hábitos fundamental o preferentemente carroñeros. España es, sin duda, un país de buitres, lo cual -bromas aparte- no tiene nada de malo. Al contrario, supone un gran privilegio y una ineludible responsabilidad constituir un territorio crucial para la conservación de estas aves en el ámbito europeo e incluso mundial. Concretamente, en nuestro país se reproduce el 98% de la población europea de buitre negro (Aegypius monachus), el 94% de la de buitre leonado (Gyps fulvus), el 82% de la de alimoche (Neophron percnopterus) y el 66% de la de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).

Buitres leonados en la ZEPA «Cañones del Duero», Almaraz (Zamora). Febrero de 2019.

Es conocido que uno de los grandes atractivos para el turismo de naturaleza en España lo constituye esta abundancia y diversidad de las poblaciones de buitres y otras rapaces, ya que en el resto de los países europeos se encuentran extinguidas o, en el mejor de los casos, conservan poblaciones muy exiguas. Para conocer más en profundidad este apasionante tema, os recomiendo un enlace de la ONG científica y conservacionsita SEO BirdLife sobre los buitres ibéricos: https://seo.org/conoce-los-4-buitres-de-espana/?fbclid=IwAR2TPu0bvi1hC2NUTa3I8cvn4VGq5bDAik-BoD3yETC05fESVSyxb8gUBbM

Alimoche en la ZEPA «Cañones del Duero», Abelón (Zamora). Mayo de 2023.

De las cuatro especies que nidifican habitualmente en territorio español, dos -el buitre leonado y el alimoche- cuentan con poblaciones reproductoras en la provincia de Zamora, siendo particularmente importantes las del segundo. Nuestra población de alimoche estaba compuesta por 52 parejas en 2018, concentradas en su mayoría en el parque natural «Arribes del Duero» y la ZEPA «Cañones del Duero», con algunas parejas dispersas por el resto de la provincia, particularmente en fayas y pizarros de los ríos Esla y Aliste.

Buitres leonados en la Sierra de la Culebra, Tábara (Zamora). Junio de 2018.

A su vez, la población reproductora de buitre leonado estaba compuesta por unas 250 parejas en 2020, concentradas en exclusiva en Arribes del Duero, si bien su gran capacidad de dispersión y su relativa abundancia permiten su observación habitual en prácticamente toda la provincia. Se trata, ciertamente, del buitre más abundante y extendido en esta provincia.

Buitre negro en el municipio de Zamora. Agosto de 2022.

Por su parte, el buitre negro, del que se cree que existieron colonias en territorio zamorano en el siglo XX, aunque no cría en la actualidad, cuenta con una creciente presencia habitual durante todo el año. Si bien sus efectivos son muy reducidos en los meses invernales, estos aumentan a partir de la primavera y alcanzan cifras importantes en verano y otoño, con concentraciones locales que a veces superan el medio cententar de ejemplares. Observable en todas nuestras comarcas, resulta más frecuente en ciertas zonas de Sanabria, Sierra de la Culebra, Sayago y La Guareña. En los últimos años, la concentración más importante se localiza en el entorno de la capital.

Quebrantahuesos en la ZEPA «Cañones del Duero», Pereruela (Zamora). Enero de 2021.

Finalmente, el quebrantahuesos, cuya nidificación en el pasado se sospecha pero sin evidencias constatables, resulta en la actualidad una verdadera rareza en tierras zamoranas. La presencia de solitarios divagantes se ha constatado en los últimos tiempos en muy contadas ocasiones. El aumento de sus efectivos pirenaicos y los diferentes programas de reintroducción que se están llevando a cabo en otros macizos montañosos favorecerán, muy probablemente, un incremento futuro de los avistamientos de esta extraodinaria rapaz. Esperemos que algún día podamos contar con su presencia habitual para completar el ancestral cuarteto de grandes especialistas carroñeros en nuestros campos y serranías.

Alimoche en la ZEPA «Cañones del Duero», Abelón (Zamora). Mayo de 2023.

Cañones del Duero: el reino del alimoche

Alimoche común (Neophron percnopterus) adulto. Foto Luis Manso.

El pasado 21 de mayo, con motivo de una actividad organizada por «Zamora BioDiversa» y «Saliegos Birding», visitamos una de las áreas naturales más interesantes de la Red Natura en Castilla y León: la ZEPA y ZEC «Cañones del Duero». Este tramo fluvial, muy proximo a la capital zamorana, constituye una continuación o antesala (dependiendo de la dirección de acceso) del colindante parque natural «Arribes del Duero».

La zona elegida para acceder a los cañones (arribas o arribanzos en el habla local) fue la localidad sayaguesa de Abelón. Desde este bonito pueblo nos dirigimos a la confluencia de los dos grandes ríos de la cuenca hidrográfica: el Duero y el Esla. Este lugar es conocido aquí como «Tramburríus» («los dos ríos»). La distancia es de menos de 3 km y el relieve llano salvo en su tramo final.

La primera parte del recorrido transcurre por el paisaje agropecuario más característico de la comarca de Sayago: el cortinal. Un mosaico de pequeñas parcelas, conocidas como «cortinas», dedicadas a cultivos de secano y delimitadas por paredes de piedra en seco y abundante arbolado autóctono. En este caso, encinas (Quercus ilex) y fresnos (Fraxinus angustifolia).

El cortinal constituye un verdadero tesoro paisajístico, cultural y natural. Sin embargo, a pesar del amplio reconocimiento teórico de sus innumerables valores, carece de una protección específica real. Son ya muchos los municipio de la comarca donde las concentraciones parcelarias han conllevado la sustitución de árboles y paredes por alambre de espino. Una pérdida inmensa e irreparable.

Abubilla común (Upupa epops). Foto Luis Manso.

Durante el paseo tuvimos la oportunidad de disfrutar con la rica comunidad ornítica del cortinal que agrupa especies típicas de los medios agrícolas con otras muchas características de las áreas forestales mediterráneas.

Alcaudón común (Lanius senator). Foto Luis Manso.

Especialmente llamativa resultó la inigualable densidad de alcaudón común, ave paseriforme que nos acompañó prácticamente a lo largo de todo el recorrido. Casi se podría decir que había una pareja de picanzas coronales -como se conocen aquí- en cada cortina.

Curruca mirlona (Curruca hortensis). Foto «Zamora BioDiversa».

Por su parte, la arisca curruca mirlona no sólo dejó oír con frecuencia su insistente canturreo sino que -contra lo que nos tiene acostumbrados- llegó a abandonar su refugio en el espeso follaje y se dejó observar y fotografiar por los participantes.

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus). Foto Luis Manso.

También resultó llamativo el comportamiento confiado de las grandes y abundantes lagartijas colilargas, uno de los lacértidos más frecuentes en los bosques y matorrales mediterráneos ibéricos.

De repente, el abigarrado cortinal dio paso a la amplia extensión de monte bajo que precede al arribanzo. Inolvidable la intensa sensación cromática -y olfativa- de los tupidos y espinosos piornos (Genista hystrix) en plena floración primaveral.

Estas extensas áreas de matorral, salpicadas de imponentes berrocales graníticos, resultan un medio excelente para una gran variedad de reptiles y aves. Entre las segundas, destaca una verdadera y estricta especialista en la caza y captura de los primeros: la majestuosa culebrera europea o águila culebrera (Circaetus gallicus).

Culebrera europea (Circaetus gallicus). Foto Luis Manso.

También encontramos aquí una destacada representación de pequeñas aves paseriformes, muchas de las cuales se hallaban realmente atareadas cebando a sus polluelos.

Escribano montesino (Emberiza cia). Foto «Saliegos Birding».

Totovía (Lullula arborea). Foto Luis Manso.

Collalba rubia (Oenanthe hispanica). Foto Luis Manso.

Las particularidades climáticas de las arribas favorecen la presencia abundante de la lagartija colirroja, reptil muy termófilo que tiene en este espacio natural uno de los límites septentrionales de su área de distribución mundial.

Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), ejemplar adulto. Foto «Saliegos Birding».

Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), subadulto. Foto Luis Manso.

Tras un relajado y entretenido paseo, cuajado de numerosas observaciones zoológicas y botánicas, llegamos al mirador natural inmediato a los restos de la antigua ermita de San Vicente. Desde allí se descubre la unión de los ríos Esla y Duero, entre dos grandes promontorios: Castillo de los Pueyos a la izquierda y Peñalcarro a la derecha. Aquí convergen hoy tres comarcas zamoranas: Sayago, Aliste y Tierra del Pan y en la Antigüedad tres provincias romanas: Lusitania, Gallaecia y Cartaginensis.

Es éste el verdadero reino del alimoche, singular y amenazada accipitriforme que conserva en estos agrestes parajes una de sus poblaciones reproductoras más importantes de toda la península ibérica.

Conocida en la zona como frangüeso, frañusico, miloje, milano blanco o abanto, la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) «Cañones del Duero», alberga unas 11 parejas de esta fascinante rapaz.

Alimoche común adulto. Foto Luis Manso.

Durante la actividad tuvimos la suerte de observar a placer al menos cinco ejemplares diferentes: tres adultos y dos subadultos.

Alimoche común subadulto. Foto Luis Manso.

Por supuesto, no faltaron a la cita otras rapaces rupícolas como los buitres leonados y los halcones peregrinos.

Buitre leonado (Gyps fulvus). Foto Luis Manso.

Halcón peregrino (Falco peregrinus). Foto Luis Manso.

Tampoco falló otra de las especies emblematicas del arribanzo: la rara, esquiva, amenazada y, sobre todo, bellísima cigüeña negra.

Cigüeña negra (Ciconia nigra). Foto Luis Manso.

La lista de las aves anotadas a lo largo de la actividad ascendió a las 62 especies. Podéis verla completa en eBird: https://ebird.org/checklist/S138744913

En fechas y hábitat tan favorables no podían faltar tampoco las mariposas y otros insectos, a los cuales dedicamos principalmente las horas más calurosas de la jornada.

Lobito listado (Pyronia bathseba). Foto Luis Manso.

Bella dama (Vanessa cardui). Foto Luis Manso.

Níobe (Argynnis niobe). Foto «Zamora BioDiversa».

Longicornio de los cardos (Agapanthia cardui). Foto Luis Manso.

Y, como no podía ser de otro modo, la botánica también tuvo su protagonismo en estos parajes privilegiados, propicios para los endemismos y para  las plantas arvenses cada vez más desterradas de las áreas de cultivos intensivos.

Sanjuaniegas (Armeria transmonta).

Dedaleras o chupamieles (Digitalis thapsi)

Aciano o azulejo (Centaurea cyanus).

Si no pudiste acompañarnos en esta ocasión o viniste y te quedaste con ganas de repetir, tienes dos nuevas oportunidades en las próximas semanas:

 Los domingos 18 de junio y 2 de julio volveremos a Abelón y los cañones del Duero a disfrutar de sus espectaculares paisajes y biodiversidad. Ven con nosotros al territorio mítico del alimoche y la cigüeña negra.

Duero salvaje

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Pocos kilómetros aguas abajo de la ciudad de Zamora, en la confluencia de su municipio con los de Pereruela y Almaraz comienza uno de nuestros espacios naturales mejor conservados: la Zona de Especial Conservación (ZEC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) «Cañones del Duero».

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Cigüeña negra (Ciconia nigra)

Cigüeña negra (Ciconia nigra), alimoche (Neophron percnopterus), águila perdicera (Aquila fasciata), águila real (Aquila chrysaetos), alondra ricotí (Chersophilus duponti), galápago europeo (Emys orbicularis),  galápago leproso (Mauremys leprosa) y centenares de especies más forman parte de su rica y valiosísima fauna.

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Galápago europeo (Emys orbicularis)

Pero como viene siendo habitual en esta comunidad autónoma, la Red Natura 2000 supone apenas protección sobre el papel y no ha servido para evitar los graves efectos de las concentraciones parcelarias sobre la población de la amenazada alondra ricotí o las importantes molestias ocasionadas por actividades turísticas sin regular sobre las zonas de anidación de aves rupícolas especialmente sensibles, como el alimoche y el águila perdicera. Este tesoro del patrimonio natural zamorano necesita mayor atención, en forma de mayores dosis de respeto y de más medidas de conservación.

Alimoches (Neophron percnopterus)