La montañesa gigante (Erebia palarica) en Zamora

San Martín de Castañeda (Zamora), 15 de junio de 2015.

Las mariposas montañesas (Erebia) constituyen un género de lepidópteros diurnos de la familia de los ninfálidos compuesto por aproximadamente unas 100 especies. Se pueden encontrar por toda la región holártica (Eurasia y America del Norte) asociadas, por lo general, a tierras de elevada altitud (montañas y mesetas) o de alta latitud, como la tundra ártica. Se trata de insectos con un alto grado de adaptación a condiciones ambientales especialmente frías, caracterizados por su color marrón oscuro o negro, con manchas o bandas en las alas, de tonos marrón rojizo a naranja o, más raramente, amarillento.

En la península ibérica están presentes 20 especies diferentes de mariposas montañesas, estando especialmente representadas en los Pirineos y la Cordillera Cantábrica, verdaderas mecas para los amantes de estas bellezas sobrias y elegantes, pero solo dos especies (Erebia palarica Erebia triarius) alcanzan la provincia de Zamora, concretamente las tierras altas de su extremo noroccidental.

Erebia palarica es conocida en español como montañesa gigante o montañesa cantábrica. El primero de sus nombres lo recibe por tratarse del miembro de mayores dimensiones (45-55 mm de envergadura alar)  de su género. El segundo hace referencia a su carácter de endemismo de la Cordillera Cantábrica: su área de distribución mundial se reduce a las montañas más elevadas de Ourense, Zamora, León, Palencia, Cantabria y Asturias.

En la provincia de Zamora podemos disfrutar de su vuelo en praderas, matorrrales y márgenes de bosques de montaña de las sierras de Sanabria, por encima de los 1.200 m  de altitud, durante el período comprendido entre finales de mayo y finales de agosto. En las prospecciones realizadas desde 2014 a 2019 por miembros y colaboradores de NaturZamora-ACZN para el Atlas de las Mariposas Diurnas de Zamora se detectó su presencia en tan sólo nueve cuadrículas UTM de 10×10 km. Aunque no está catalogada como especie amenazada, no hay que olvidar que se trata de un endemismo con distribución bastante localizada y con un hábitat muy específico. Sus poblaciones resultan particularmente vulnerables, por tanto, a las alteraciones provocadas por el cambio climático acelerado.

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