Cuatro años con Zamora BioDiversa

El pasado 16 de octubre se cumplieron cuatro años de andadura de este blog. En esa fecha publiqué su primera entrada, narrando una curiosa anécdota protagonizada por una pareja de águilas perdiceras y una corza con su corcino  que tenía como escenario una agreste garganta fluvial del occidente zamorano. Así se iniciaba el periplo de “Zamora BioDiversa”, una experiencia que -como los buenos viajes- me está resultando particularmente gratificante y enriquecedora.

Mi intención, como sabéis, era hablar de la fauna y la flora de la tierra donde vivo. También compartir algunas de las experiencias de educación ambiental y turismo ornitológico en las que estoy trabajando, especialmente los programas «Andarríos» y «Zamora, Aves y Naturaleza», ambos promovidos por el Ayuntamiento de Zamora, mi ciudad.

Desde hace tres años, además, los contenidos del blog llegan a un número aún mayor de personas a través de su presencia en el programa de radio “Hoy por hoy” de Radio Zamora-Cadena SER (donde todas los viernes comento los contenidos del blog con la presentadora del programa, Marichu García) y también en la edición impresa del diario “La Opinión de Zamora” (en el suplemento dominical LO+NATURAL).

A estas alturas son ya 398 las entradas publicadas, que no servirían de gran cosa si no tuvieran lectores. Afortunadamente, podemos hablar ya de 130.193 visitantes contabilizados en estos cuatro años, los cuales han efectuado un total de 207.000 visitas al blog. A todos ellos, a todos vosotros, doy las gracias de corazón. Deseo sinceramente que os hayan resultado interesantes sus contenidos y os invito a seguir disfrutando con “Zamora BioDiversa” y compartiendo vuestros comentarios y sugerencias.

El pinzón real, un vistoso visitante norteño

Durante gran parte del otoño y el invierno de 2010 y 2011 se constituyó en el Puerto de Barazar (Bizkaia) un descomunal dormidero de pinzones reales (Fringilla montifringilla) que llegó a albergar cerca de un millón de estas pequeñas y coloridas aves procedentes de remotas latitudes norteñas. Verdaderas nubes de pinzones acudían cada día a los hayedos más cercanos para alimentarse de hayucos, los nutritivos frutos del haya. Se trató de un hecho excepcional que suscitó un enorme interés, no sólo entre los ornitólogos y aficionados a la observación de las aves silvestres sino también en el público general pues resultaba un espectáculo natural verdaderamente grandioso. Tuve la suerte de disfrutarlo gracias a mi gran amigo, el biólogo y agente forestal Juan Manuel Pérez de Ana que nos guió y acompañó en aquella ocasión.

La singularidad de esta impresionante concentración estribaba en que los dormideros invernales de pinzón real de tales dimensiones son sucesos excepcionales al sur de los Pirineos, aunque habituales en la Europa central. Un caso muy ilustrativo -y extremo- se produjo en el invierno de 1951-52, cuando en un área bastante reducida de Suiza se llegaron a concentrar más de 100 millones, la práctica totalidad de la población europea del momento. Si bien en España y Portugal no se trata de un ave rara, aquí se suele encontrar dispersa en densidades mucho más discretas y con concentraciones mucho menores. 

 Dos machos y una hembra de pinzón real. En la imagen queda patente el dimorfismo sexual característico de esta especie.

Este miembro de la familia de los fringílidos (como los pardillos, jilgueros, verderones y canarios) cría en los bosques mixtos y de coníferas de Escandinavia y Rusia, desde los fiordos noruegos a la península de Kamchatka. En Zamora se trata de un invernante habitual que podemos observar desde octubre a abril pero principalmente entre noviembre y marzo. Por lo general no resulta muy abundante aunque, en realidad, sus números varían llamativamente de unos años a otros, con inviernos en los que apenas nos llegan ejemplares y otros en los que se observa ampliamente extendido y con notables densidades. Ocupa con preferencia áreas abiertas con cultivos o pastizales y con presencia de un algún arbolado más o menos disperso, como pueden ser dehesas y sotos.

Se suele alimentar en los campos y acude a los arbolados para dormir. También resulta fácil de observar en algunos parques y jardines o en bosques urbanos como el de Valorio. Su alimentación en esta época del año incluye una gran variedad de semillas, con preferencia por las oleaginosas, desde los mencionados hayucos hasta las pipas de girasol, los granos de maíz o incluso las contenidas en las sámaras de los arces y los fresnos. A menudo se asocia para alimentarse con otros pequeños paseriformes granívoros, como sus primos los pinzones vulgares, y otros parientes cercanos como verderones, lúganos y pardillos así como con los gorriones comunes, morunos y molineros.

Macho y hembra de pinzón real buscando semillas en compañía de un gorrión molinero.