
La de la fotografía es la primera mariposa que he observado en 2021. Esta preciosidad sólo me permitió fotografiarla desde gran distancia pues, en cuanto me aproximé, se alejó con su veloz y potente vuelo. No solemos asociar a las mariposas con el invierno y menos en las frías tierras mesetarias pero lo cierto es que, en cuanto la climatología da un respiro, algunas especies nos regalan con sus maravillosos dibujos y colores.

Normalmente relacionamos a las mariposas con la primavera y el verano y es cierto que son éstas las estaciones mejores para su observación. Sin embargo, ver a estos fascinantes insectos volando durante el invierno es mucho más frecuente de lo que nos imaginamos: según los datos del Atlas de las Mariposas Diurnas de Zamora de NaturZamora-AZCN, 38 de las 142 especies de estos lepidópteros citadas en la provincia de Zamora (un 27% del total) han sido detectadas en su estadío adulto en alguna fecha comprendida entre el 21 de diciembre y el 20 de marzo.

Este comportamiento es especialmente habitual en algunos miembros de la familia de los ninfálidos que hibernan como adultos y salen ocasionalmente de sus refugios en días invernales soleados y sin viento. Son especies que además finalizan la hibernación muy temprano, con frecuencia en las últimas semanas del invierno. Es el caso de la Numerada Vanessa atalanta, la Cardera Vanessa cardui, la Olmera Nymphalis polychloros, la Ortiguera Aglais urticae, la Pavo real Aglais io, la C-blanca Polygonia c-album, la Sofía Issoria lathonia o la Saltacercas Lasiommata megera y también de algún piérido como la Limonera Gonepteryx rhamni. Todas estas especies pueden ser observadas -aunque algunas sólo de modo ocasional- a lo largo de todos los meses del invierno.

En otros casos lo que nos encontramos son especies que pasan el invierno como orugas o como crisálidas pero cuya fecha de emergencia suele ser también bastante temprana, de modo que puede producirse en las últimas semanas invernales. Son mariposas, por tanto, que pueden ser observadas en marzo o incluso en febrero pero, al contrario que las arriba mencionadas, no se ven – o muy excepcionalmente- en enero o en diciembre.

En este grupo se incluyen un gran número de especies, desde hespéridos como la Piquitos castaña Carcharodus alceae y la Ajedrezada menor Pyrgus malvoides y papilónidos como la Macaón Papilio machaon, la Chupaleches Iphiclides feisthamelii y la Arlequín Zerynthia rumina, hasta piéridos como la Blanca esbelta Leptidea sinapis, la Amarilla Colias croceus, las mariposas de la col Pieris sp, las blanquiverdosas Euchloe sp y Pontia daplidice, la Aurora Anthocharis cardamines y la Bandera española Anthocharis euphenoides y licénidos como la Cejialba Callophrys rubi, la Cardenillo Tomares ballus, la Manto bicolor Lycaena phlaeas, la Manto purpúrea Lycaena alciphron, la Náyade Celastrina argiolus, la Manchas verdes Glaucopsyche alexis, la Escamas azules Glauycopsyche melanops, la Morena Aricia cramera o la Ícaro Polyommatus icarus.

En muchas de estas especies las fechas más habituales de emergencia suelen ser ya plenamente primaverales pero éstas pueden adelantarse en las zonas más bajas y térmicas de la provincia. No hay que olvidar que podemos encontrar patrones fenológicos muy variables en un territorio como el de Zamora cuyas altitudes mínima y máxima van desde los 320 m de Lasdosaguas en Fermoselle a los 2127 m de Peña Trevinca en Porto. Además, el calentamiento acelerado del clima -cada vez más evidente- también se traduce en un adelantamiento igualmente patente de las primeras fechas de observación en todas las especies. Por otro lado, esta fenología puede ser muy variable de unos años a otros en función de las condiciones meteorológicas.

Poco a poco, avanzamos hacia la primavera, y se irán incrementando la variedad y la cantidad de mariposas activas hasta que llegue la época realmente propicia para disfrutar con la belleza de estos insectos de compleja y apasionante biología. No nos olvidemos entonces, al contemplarlos o fotografiarlos, de que sus poblaciones se están reduciendo a pasos agigantados a causa del enorme daño que estamos causando al medio ambiente con nuestro modo insostenible de vida. Y, sobre todo, no olvidemos que sin ellas y los otros seres vivos con los que compartimos este maravilloso pero amenazado planeta, la vida de los humanos tampoco tendrá ningún futuro.
Maravillosas esas mariposas vistas así de cerca y apreciando además sus características en la explicación! Gracias, Alfredo.
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Un abrazo, Mariví.
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